lunes, 23 de marzo de 2015

Zaragoza, Muel, Épila, Tabuenca, Tierga, Morata de Jalón, Cariñena, Zaragoza


Las fotografías las realicé el pasado domingo en el itinerario descrito en el título. Fueron 243 Km con muy poco desnivel.

Mal día, la verdad.

Yo ya me veía volviendo a los Pirineos, subiendo y bajando puertos, pero el invierno secuestró a la primavera.

En fin, la típica jornada que nada apetece y, entre bostezo y bostezo, todo son lamentaciones.

Lo bueno, a parte de que no hay mal que cien años dure, es que el próximo fin de semana empiezan las brevets, el próximo fin de semana comienza mi particular Recopa.

Creo que el monte que se ve es el de Las Planas,  rebautizado por los aborígenes como Tourmalet. Y es que, los zaragozanos, algo exagerados sí que son.

Se me empiezan a atragantar estas rectas, necesito ya volver a la montaña.

Los pueblos rompen la monotonía de estos caminos.

Una de cigüeñas.

La carretera entre La Almunia y Fuendejalón muestra paisajes, para mi gusto, interesantes pero, y debido al tránsito de camiones, por allí, y salvo exigencias del guión, no vuelvo.


El tramo anterior, endurecido por el viento, dio paso al interesante puerto de la Chabola. 



Tierga. 

Único indicio de la primavera.

La cementera de Morata de Jalón.

Con lo que ha llovido estos días esta parte de la provincia parecía la jungla, co.

Santa Cruz del Grío.

Benito Lopera Perrote, introductor del gotelé en este país, estuvo varios veranos en Muel estudiando la técnica de la cerámica o eso dice su biografía.




domingo, 15 de marzo de 2015

Lécera, Montalbán, Ejulve, Villarluengo, Cantavieja, Mas de las Matas, Andorra, Lécera


Las fotografías las realicé ayer en el itinerario descrito en el título. Fueron 263 Km y cien mil vientos de desnivel.

Alguna explosión del cierzo tenía que pillarme en la carretera, sólo era cuestión de tiempo, de tanto ir el cántaro a la fuente.

Fue un duelo trepidante, un igualado cara a cara, las mismas fuerzas, la misma tenacidad.

A su no pasarás yo le replicaba que ¡ni un paso atrás!, y así varias horas, fue una batalla de desgaste, un diálogo largo y pesado.

De haberse librado un asalto más o él arroja la toalla o yo pierdo por KO, pero sonó la campana y a los puntos firmamos tablas.


Viento fuerte, pero de costado, al comienzo de la jornada.








En las Cuencas Mineras los repechos se suceden. Aquí va uno pasado el pueblo de Hoz de la Vieja.

Superado el modesto Puerto de las Traviesas, que con el viento a favor se quedó en nada, me dirigí a Ejulve pasando por las Zoma. Una foto cerca de este último pueblo.


Tras pasar Ejulve hay que superar el Puerto de los Degollados. Poca cosa, en cuanto a dificultad, por esta vertiente.


Y comienza el precioso encadenado del Puerto de Villarluengo (1.132 metros) y Cuarto Pelado (1.657).



Una nieve fina, que cuajó en mis pantalones y, sobre todo, en mis zapatillas, me puso las cosas un poco más difíciles.
Si estuviese preparando la Quebranta me hubiese dado media vuelta y a casita, que nieva. Pero a mi me gusta ir en bicicleta y ayer me apetecía jugar al ver qué pasa.

Parece que mejora y doy la partida por ganada.

Pero me equivoco y en el descenso a Cantavieja me toca sufrir. Otra vez la gélida nieve.

Este y yo sobreviviremos al invierno.

Mirambel.

Sigo con el viento a favor y los repechos, numerosos, se van superando a toda máquina.

Entre Mas de las Matas y Alcorisa (16 Km) sopló un auténtico vendaval, en contra, y tuve que emplearme a fondo. El sencillo Alto del Caballo se me hizo mucho más duro que el Marie Blanc. Llaneando, haciendo falsos llanos, sin poder pasar de 12 Km/Hora estuve contra las cuerdas aunque al final mantuve la templanza y no acabé desquiciado,

En los siguientes 30 Km, desde Alcorisa hasta Albalate del Arzobispo, y pasando por Andorra, el viento siguió soplando aunque con menor virulencia y pude recuperar la moral.



La locura llegó en el último tramo del día, de Albalate del Arzobispo hasta Lécera. 23 Kilómetros llanos y, sin embargo, estuve más de una hora dando pedales por culpa del viento que aquí no tuvo piedad, ni un miserable minuto de tregua, ¡nada!. Joder, hubiese cambiado esas huracanadas rectas por un Tourmalet.


viernes, 13 de marzo de 2015

Gargallo, Molinos, Castellote, Olocau, Tronchón, Villarluengo, Ejulve, Gargallo


Las fotografías las realicé el pasado domingo en el itinerario descrito en el título. Fueron 129 Km.

Fue una ruta como las de antes más, cuando no había internet.

Diez años atrás, tal vez menos en mi caso, algunas rutas, algunos proyectos, nacían de los comentarios sobre determinadas carreteras o lugares,  difíciles de controlar en la imaginación, y que acababan por hacer ingobernable el sentimiento de curiosidad.

Otras jornadas, como la del domingo, venían de la mera contemplación de los mapas, y un nombre curioso, o simplemente la palabra puerto, bastaban para salir con la bicicleta en busca de respuestas.

Así pues la ruta del domingo fue una continua sorpresa por cuenta de los infinitos requiebros de la carretera. Claro que los mapas son siempre planos, lisos y soportan todo tipo de conjeturas, luego llegan las sorpresas, el gato por liebre, o al revés, depende del día.

A las primeras de cambio, y camino de Castellote, la carretera comenzó su vaivén.


La carretera autonómica A-226 es un continuo sube y baja, o al revés, ya no recuerdo.

Entre Olocau del Rey (Castellón) y Tronchón (Teruel, en la foto) el camino se estrecha.



Di por hecho que de Tronchón a Villarluengo el terreno sería suave, sin sobresaltos, pero me equivoqué y en algún repecho tuve que tirar de paciencia.



Tras pasar Villarluengo comienza un pronunciado descenso, que poco habría de durar.




Hasta Ejulve tiene que ser llano, pensé, seguro que se baja suavemente a la vera de algún pequeño río. Pero tocó afrontar el enésimo puerto del día.




Los once kilómetros que separan Ejulve de Gargallo son un cómodo paseo y ya no hubo más fotografías.

En fin una ruta pequeña pero un gran día de bicicleta.