jueves, 9 de enero de 2014

Col de Aubisque desde Ferreres, 1.709 metros de altitud.


En 1.910 el Tour de Francia decidió aventurarse por los Pirineos. Y lo hizo siguiendo sus instintos.

No hubo medias tintas y en aquella jornada (Luchón- Bayona con más de 300 Km) se subieron el Peyresourde, el Aspin, el Tourmalet, el Aubisque y el modesto Osquich.

El vencedor en Bayona, y a la postre ganador de aquella edición del Tour, llegó a la cima del Aubisque
al límite de sus fuerzas y con el orgullo maltrecho por haber tenido que desmontarse de la bicicleta.
Se debió de sentir ultrajado, engañado, ¿cómo se han atrevido a meternos por aquí?, ¿acaso somos animales?, y en ese lugar, y por esos motivos, llamó asesinos a los organizadores y comisarios que seguían la carrera.

Del año diez, y de esa nueva dimensión, sólo quedan los siete últimos kilómetros del Aubisque, asfaltados eso sí, y lo que tú quieras ser al margen de las apuestas seguras, de los recorridos sin pasos en falso donde no caben nuevos desafíos y demás carreras con listas de espera.



























No hay comentarios:

Publicar un comentario