jueves, 21 de febrero de 2013

Un sistema eficaz e infalible para preparar una temporada cicloturista


NOTA: No esperen de esta entrada un texto científico sobre preparación deportiva. Sepan que no tengo conocimientos sobre educación física ni artilugios destinados a medir la evolución del rendimiento. Además, al ser hijo de psiquiatra, nada puedo aportar sobre la preparación psicológica (en casa del herrero cuchara de palo).


Si se enterase Bill Gates me denunciaba.

Porque dudo mucho que inventase las excels para dar acomodo a un rosario de proyectos y rutas irrealizables, como de ciencia ficción (serie Z), algo cuya culminación exigiría un sacrifico inhumano.

Efectivamente, estamos pensando lo mismo, con las excels Stalin se lo hubiese pasado pipa y menos mal que la naturaleza, en su infinita sabiduría, no los hizo coincidir en el tiempo.

Pero claro, nada bueno se puede esperar de algo perpetrado en septiembre bajo los últimos coletazos del J&B y sus diabólicos derivados low-cost. Sí, las marcas blancas también han entrado en este espiritoso escenario y, créanme, tan sólo han aportado resacas indescriptibles.

Y en los desvaríos de mi yo pretérito me lavo las manos, de eso no quiero saber nada. Y empiezo de nuevo.

Para ello nada mejor que recurrir a un pasaje de la Biblia que tengo subrayado.
En él José María Bakero, todo un profeta, nos desvela sus sueños, para nada premonitorios. Y mano de santo, al minuto me centro y Bill Gates respira aliviado, no le pasará como a Alfred Nobel.

Una vez con los pies en la tierra mi proceso de planificación es bastante simple.

De todo lo puesto en aquel sobrecargado fichero elijo un reto, el que más ilusión me hace, el más estimulante (por realizable), ese que me hará avanzar con respecto al año anterior.
Lo demás lo corto y lo pego en otra pestaña, en este caso la llamada 2.014. Nunca elimino nada, tal vez algún día me toque la lotería y tenga el tiempo suficiente para poder con todo.

Y después tan sólo se trata de rellenar hacia atrás y poner las rutas preparatorias para alcanzar el anhelado objetivo.

Este año ha sido muy fácil, ya que el objetivo es la Brevet de 600 Km del País Vasco así que tendré que realizar previamente la de 300 y la de 400. Entre esto,  dos marchas cicloturistas (Rompepiernas en Sos y Pax Avant en Isaba, hablaré sobre ellas las próximas semanas), un par de fines de semana por los Pirineos y una ruta por La Rioja y Soria, el plan ya queda completado.

Un plan sensato y realizable siempre y cuando Bakero no diga aquello de “esto te lo ventilas a la pata coja”. Entonces se acabó.

EL FAMOSO PASAJE (CAPÍTULO 2006-2007)

Aquella temporada la Real Sociedad bajó a segunda división.

3 comentarios:

  1. Cumpliste tus objetivos, enhorabuena y buen sistema, para reirse de los pulsómetros y demás historias, ¿para que sirven pues?...tal vez solo para lucirlos en la Quebranta....
    ¿Y para el año que viene que?, ¿nos recomiendas algún otro pasaje bíblico?

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  2. Hola, Samuel. Eso sí que es una planificación concienzuda. Yo, a lo más que llego es a autoengañarme con retos ilusorios, pero sobre los que no dejo constancia documental alguna. Así, es más fácil escurrir el bulto cuando la temporada concluye y los objetivos se han quedado en el cajón de los desengaños. Cuidado con el JB, da muchas alegrías; pero el peaje 'resaquil' es elevado.

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  3. Sí, se cumplieron los objetivos. Entiendo que los pulsómetros y demás engendros pueden servir para "hilar fino" y preparar las pruebas buscando "la eficiencia". Si sólo quieres acabarlas, como es mi caso, son del todo (o al menos hasta el momento) prescindibles. Para el 2.014 lo primero la Barcelona Perpiñán Barcelona (Brevet de 600 Km) aunque, espero, habrá más retos.
    Un saludo.

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